31 de diciembre de 2019 Aquella jornada hicimos un tour en taxi para visitar Trang An, donde hicimos el típico paseo en barca, y el complejo monástico de Bai Dinh. Por la noche volvimos a Ninh Binh, donde cogimos el tren nocturno hasta Dong Hoi, pasando un fin de año la mar de atípico. En nuestro segundo y último día en Tam Coc íbamos a visitar algunos sitios un poco más alejados, a los que no se puede llegar caminando o en bici. La mejor opción es hacerlo en moto, pero como nosotros no hemos llevado nunca una, decidimos alquilar un coche con conductor para todo el día. Lo gestionamos a través de nuestro propio alojamiento y nos costó 750.000 VND (unos 30 €), visitando Trang An y Bai Dinh. Como teníamos que hacer todo el equipaje y dejarlo fuera de la habitación no comenzamos el tour hasta las 10:30 h. 31 de diciembre de 2019
Aquella jornada hicimos un tour en taxi para visitar Trang An, donde hicimos el típico paseo en barca, y el complejo monástico de Bai Dinh. Por la noche volvimos a Ninh Binh, donde cogimos el tren nocturno hasta Dong Hoi, pasando un fin de año la mar de atípico.
En nuestro segundo y último día en Tam Coc íbamos a visitar algunos sitios un poco más alejados, a los que no se puede llegar caminando o en bici. La mejor opción es hacerlo en moto, pero como nosotros no hemos llevado nunca una, decidimos alquilar un coche con conductor para todo el día. Lo gestionamos a través de nuestro propio alojamiento y nos costó 750.000 VND (unos 30 €), visitando Trang An y Bai Dinh. Como teníamos que hacer todo el equipaje y dejarlo fuera de la habitación no comenzamos el tour hasta las 10:30 h. El día había amanecido peor que el anterior, muy tapado y con llovizna. Con estas malas condiciones pensamos que era mejor ir primero al templo de Bai Dinh, con suerte para el paseo en barca el tiempo habría mejorado. Tardamos una media hora larga en llegar a Bai Dinh (parking 40.000 VND). Éste es un complejo de templos budistas construidos recientemente (año 2014), pero con raíces muy antiguas. Existe una pagoda de 1000 años de antigüedad (que no llegamos a ver) en lo alto de una montaña. Para facilitar la vida a los fieles, se construyó este enorme complejo espiritual en el valle aledaño. De hecho, Bai Dinh tiene varios récords en su haber: es el templo mas grande de Vietnam, tiene las estatuas de Buda mas grandes (su Buda de bronce dorado es el más grande de Asia), su estupa es la mas alta del sudeste asiático, su corredor de arhats es el mas largo de Asia (con 3 km), etc. Como veis, todo se hizo a lo grande.
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La estupa de Bai Dinh |
En principio es un lugar muy popular en el turismo vietnamita, pero nosotros encontramos muy pocos visitantes, quizás por el mal tiempo. El conductor nos había dejado en una zona de mercados que hay al oeste del complejo, lo cual fue muy práctico, ya que éste está dividido en tres niveles dispuestos en la falda de la montaña y estábamos en el superior. Lo primero que nos sorprendió fue su alta estupa, visible desde casi cualquier punto del complejo. En principio se puede subir a lo alto mediante un ascensor (50.000 VND) pero nosotros no subimos, pensamos que con la mala visibilidad de aquel día no se vería nada. Subimos unas escaleras hasta la sonriente estatua de un Buda maitreya hecho de bronce (el mas grande del sudeste asiático). Desde allí empezamos a bajar hacia abajo, donde empieza el largo corredor de madera que encierra los tres niveles de los templos. Encontramos un gran templo en el primer nivel (el mas alto), Diem Tam The, realmente impresionante. Su interior era más impresionante aún, estaba ricamente decorado y presidido por tres estatuas de Buda, que simbolizaban el pasado, el presente y el futuro (son las más grandes de Asia hechas en bronce dorado).
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Bai Dinh: estupa (izq.) y Buda maitreya (dcha.) |
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Diem Tam The |
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Budas del interior del Dien Tam The |
Bajamos otro nivel por el corredor y encontramos otro gran templo, el Dien Phap Chu, precioso por fuera pero algo vacío por dentro, con un gran Buda Shakyamuni. Continuamos bajando por el corredor, donde vimos figuras de algunos arhat, que representan personas que alcanzaron en su día el nirvana. En el tercer nivel encontramos un campanario, el Gac Chuong, que ni siquiera nos acercamos a ver por la lluvia que arreciaba. Al final del todo encontramos la puerta principal, Tam Quan Noi, todo un ejemplo de arquitectura tradicional vietnamita. Vimos que llegaban grupos de turistas a empezar su visita por aquí, pero no es muy práctico ya que tienes que hacerla subiendo todos los escalones del corredor, y es más descansado hacerlo bajando. Junto a esta puerta había una estación de coches eléctricos, que comunican este punto con el parking donde nos había dejado el conductor. Como el viaje solo valía 30.000 VND (algo más de 1 €), no nos lo pensamos. Finalmente estuvimos una hora y media visitando Bai Dinh y eso que hicimos la visita bastante rápido, ¡el lugar es enorme! Pese a ser un templo moderno nos gustó bastante, aunque tampoco sería imprescindible si se tiene poco tiempo.
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Diem Phap Chu |
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Corredor con arhats |
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Tam Quan Noi |
A continuación volvimos al coche y fuimos hacia Trang An. El día parecía que había mejorado un poco, la visibilidad continuaba siendo mala pero al menos no llovía. Trang An es un conjunto de acantilados calizos surcados por una serie de ríos, muy similares a los de Tam Coc. Al igual que éste, la forma de descubrir sus hermosos paisajes es a través de un paseo en barca (200.000 VND por persona, 8 €). A diferencia de Tam Coc, en Trang An hay tres recorridos diferentes para elegir; el propietario de nuestro hotel nos había recomendado el nº1, el mas completo ya que atraviesa mas cuevas y se visitan mas templos (en teoría, 9 cuevas y 3 templos). Las barcas tienen capacidad para 4 personas a parte del barquero, y a nosotros nos juntaron con una chica iraní que viajaba sola. A los remos iba una señora bastante anciana, que remaba con las piernas con parsimonia. A diferencia de Tam Coc, cerca de Trang An no hay ningún pueblo, así que nada más salir del embarcadero ya estábamos en plena naturaleza. Lentamente la barca fue atravesando los espectaculares acantilados, llenos de bosques y envueltos en una neblina que le daba un toque misterioso. Aunque el paisaje era similar que el del día anterior, no dejaba de sorprendernos. Teníamos la sensación que el relieve de Trang An no era tan acentuado, y que las barcas no pasaban tan cerca de los acantilados. Aun así los paisajes son realmente fascinantes, y cada vez que dejabas un acantilado atrás nunca sabías qué te ibas a encontrar.
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Acantilados de Trang An |
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Surcando el río que atraviesa los acantilados |
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Trang An |
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Acantilados de Trang An |
Al cabo de un rato de navegación nos dejaron en la orilla del primer templo, el Den Trinh, muy sencillo y que vimos enseguida. Nuevamente en la barca atravesamos una serie de cuevas muy seguidas, que tenían un techo tan bajo que teníamos que agacharnos en el fondo de la barca para no hacernos daño. Eso le dio un toque muy aventurero al paseo, ya que además nunca sabías que nuevo paisaje ibas a descubrir al salir de la cueva. El segundo templo lo vimos a través de la barca, era Den Tran, que estaba encaramado en lo alto de una montaña. Después atravesamos otra serie de cuevas algo más grandes, en las que no teníamos que agacharnos. Para aprovechar su sonoridad, los turistas vietnamitas se ponían a cantar cuando pasaban por ellas; debían ser himnos muy conocidos, ya que mucha gente se les unía. Finalmente llegamos a Phu Khong, el tercer y más importante de los templos. Tenía diferentes dependencias y era realmente una delicia pasear entre ellas. La barquera nos volvió a recoger y continuamos, atravesamos un par de cuevas más antes de acabar. El recorrido duró unas 3 horas (que se nos pasaron volando) y fue circular.
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Den Trinh |
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Entrada del Phu Khong |
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Templo de Phu Khong |
El paseo en barca en Trang An nos gustó mucho, tanto como el de Tam Coc. Mucha gente que tiene poco tiempo se encuentra ante la tesitura de visitar solo uno de los dos lugares. Tam Coc tiene la ventaja de tener una ubicación más práctica, y tiene la desventaja de que no tiene un recorrido tan variado y que es lineal (aunque esto último no es un gran problema, ya que a la vuelta ves los paisajes de otra forma). Por su parte, Trang An está más lejos (hay que llegar en coche o en moto), pero su recorrido es mas variado, circular y mas largo (3 h frente a las 2 h teóricas de Tam Coc que en nuestro caso acabaron siendo solo una y poco). Ambos tienen unos paisajes espectaculares, no nos atreveríamos a decir que los de uno son mas bonitos que los del otro. Así que cualquiera de los dos es una buena opción.
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Trang An, uno de los lugares mas bellos de Vietnam |
Regresamos a Tam Coc sobre las 17 h pasadas, y hasta las 22 h no salía nuestro tren desde Ninh Binh. Para hacer un poco de tiempo nos fuimos a tomar unas bia hoi en un pequeño restaurante llamado
Minh Nhat, que acompañamos con unos rollitos de ternera bastante buenos (85.000 VND, unos 3 €). Después nos fuimos a cenar al
Family Restaurant, uno de los mejores de Tam Coc, y con tanto éxito que algunos establecimientos cercanos les han copiado el nombre. Pedimos una de las especialidades de la región, cabra a la brasa (una carne un poco dura pero que pasaba bien con la salsa que traía) y pato a la barbacoa (una apuesta segura). Ambos platos eran muy generosos y estaban bastante buenos. Junto un par de cervezas, la cena nos salió por 275.000 VND (unos 11 €). En ambos establecimientos nos regalaron mini plátanos, no sabemos si es una costumbre de los restaurantes de Tam Coc.
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Tomando unas bia hoi |
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Nuestra cena |
Luego volvimos al alojamiento para recoger nuestro equipaje y el propietario nos pidió un taxi para que nos llevara a la estación de tren de Ninh Binh (80.000 VND). Allí estuvimos esperando hasta que vino nuestro tren nocturno destino a Dong Hoi, casi puntual a las 22:12 h. Nuevamente tuvimos suerte y volvíamos a estar solos en nuestro compartimento de 4 literas. Como en el caso de los anteriores trayectos nocturnos de ida y vuelta a Sapa, encontramos que los colchones de las camas eran muy duros. Como el viaje era de 8 horas, nos pusimos a dormir inmediatamente, pero nos costó mucho. No nos habíamos dormido todavía cuando oímos un "happy new year!" en un camarote lejano. Habíamos dejado atrás 2019 y estábamos en 2020. Pasamos uno de los fines de año más atípicos y sosos de nuestra vida.
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